Un resumen de la historia del arte iraní
Primeros tiempos
Los primeros núcleos habitados aparecen en Irán alrededor de los años 7000 y 6000 a.C. De esta época se conservan estatuillas pequeñas hechas en barro cocido y herramientas de sílex.
Elam, próximo a Mesopotamia, fue uno de los centros de civilización más antiguos. El zigurat de Tchoga Zanbil, al sudeste de Susa, representó el apogeo del arte elamita. Se trata de un templo con forma de pirámide que integra muchos circuitos por Irán.
A principios del siglo VII a.C., los bronces de Luristán, decorados con animales fantásticos, se extendieron por los montes Zagros.
Los escitas, entre el 700 y el 200 a.C., elaboraron vajillas y todo tipo de artesanías sobre materiales preciosos, especialmente oro.
Arte aqueménida
El imperio aqueménida se formó por la unión de dos pueblos: el medo y el persa (siglo VII a.C.). El mayor exponente arquitectónico fueron los palacios monumentales de las ciudades de Susa, Pasargada, y sobre todo Persépolis.
El rey Darío inició las obras, continuadas por su hijo Jerjes.
La arquitectura seguía determinados patrones: una escalera ancha llevaba a una terraza de gran altura, donde se agrupaban los edificios. Toros alados con cabeza humana, siguiendo el modelo asirio, flanqueaban las entradas.
Los palacios estaban cubiertos por relieves decorativos. El tema central era el rey. Susa se destacaba por el uso de ladrillos cocidos y esmaltados. Persépolis, por los relieves en piedra.
Las tumbas rupestres se cuentan entre las manifestaciones más importantes del arte aqueménida. La tumba de Darío, enterrado en el acantilado de Naqch-i-Rustam, imita la fachada porticada de su palacio de Persépolis.
En este acantilado, también, labraron sus tumbas los emperadores Jerjes, Artajerjes I y Darío II.
Los partos y los sasánidas
Bajo el imperio de los partos, las tradiciones griega e iraní se fusionaron. Los palacios adoptaron el iwan, que es como un gran porche abovedado abierto en la fachada.
La dinastía sasánida dominó el territorio durante cuatro siglos: del III al VII. Hizo grandes obras públicas como puentes y presas. Se la recuerda por la arquitectura colosal y los relieves rupestres que sirvieron de inspiración nacional.
Tras la conquista árabe
El arte de la miniatura y de la caligrafía conoció un nuevo desarrollo en Irán con los árabes.
El país se cubrió de mezquitas. Las primeras siguieron el modelo omeya. Constaban de un patio rodeado de pórticos. En el siglo XI, se construyó en Isfahán la mezquita del Viernes. Al patio central se accedía por 4 entradas iwan.
Bajo la dominación mongola (del siglo XIII al XIV), nació el interés por los revestimientos de loza y la cerámica.
Más tarde, durante la dinastía de los safawíes, se multiplicó el número de mezquitas, esta vez con motivos geométricos en la cerámica y en la pintura. Fue una época de gran importancia en el ámbito artístico.
Desde el periodo Qajar hasta nuestros días
Bajo la dominación qajar, el arte persa apenas sufrió modificaciones. Pero tuvo furor la producción de alfombras.
La tradición nacional sufrió un declive en el siglo XVIII, cuando los artistas iraníes copiaron la pintura y el grabado europeos.
Ya en el siglo XIX, y hasta nuestros días, floreció una nueva industria: la encuadernación de libros y la pintura de cajas o estuches barnizados. Se decoraban con los temas tradicionales iraníes, que tanto gustaban a los países de Europa Occidental.
Hoy, en los museos, hay muestras de reconocidos artistas plásticos que combinan la tradición iraní y europea.
Hasta aquí la historia del arte. ¿Conoces las costumbres de Irán?